11 de julio de 2010

DOCUMENTO LANZAMIENTO DE LA LINEA INTERNA "RODOLFO WALSH". CTA RN.

El final de la década de los 80, caracterizado por una fuerte apertura de la democracia, en la puja para lograr verdaderos espacios de participación - por los que tantos lucharon y perdieron la vida-  suponía para Río Negro, una jurisdicción  joven y rica en recursos, un futuro promisorio; tanto para quienes nacieron en la Patagonia como así también para aquellos que por elección la adoptaron para vivir y constituir su familia.

Ese futuro que se comenzaba a forjar con nuevas leyes, nuevos rumbos en lo económico y alternativas sociales. Empezó a frustrarse con la implementación de sucesivas políticas implementadas por el gobierno de  Masaccessi, hacia fines de los 80 y comienzos de los 90.

 La indemnización trimestral por la aplicación de la cláusula gatillo dejó de existir para dar paso a los primeros pagos con bonos, tickets y papeles de colores que beneficiaban a los amigos del gobierno. La Caja de Previsión Social dejó de dar préstamos blandos a los empleados del Estado y pasó a ser deficitaria por los excesos que no fueron inducidos por los trabajadores y trabajdoras. El IPROSS dejó de dar una libre prestación para tener cada vez menos cobertura y provocar permanentes cortes de servicios. Dejamos de tener un Banco Provincial que financiaba las pequeñas producciones y emprendimientos, para tener un banco privado constituido con acciones de muchos de los personajes que perpetraron el vaciamiento.

En síntesis, dejamos de vivir en una provincia rica, prometedora, para  sobrevivir  sin alternativas, con ajustes y dependiente de los vaivenes de las políticas nacionales.

Todo esto no se dio por naturaleza, ni por las causas de algún tsunami; esto se generó como consecuencia de las políticas neoliberales que se instrumentaron en la década del 90 y que en nuestra provincia tuvieron consecuencias nefastas.

Mientras que para otras provincias el proceso de recuperación económica que formó parte de las políticas llevadas adelante por el Gobierno Nacional desde el 2003 en adelante fue beneficioso, en Río Negro no se generaron hasta el momento los cambios que nos permitan volver a recuperar el lugar protagónico en la sociedad que teníamos los trabajadores/as y, por ende, el poder adquisitivo perdido en los 90.

Fue tan abrupta y profunda la crisis a la cual que nos llevó el proceso del neoliberalismo, especialmente en Río Negro, que (como solemos decir) mientras que algunos trabajadores/as en otras provincias recomponen, desde un piso, sus salarios, en la nuestra lo tenemos que hacer desde el subsuelo.

Caracterizando la construcción política-sindical observamos con preocupación que mientras en el orden nacional la CTA construye poder desde la unidad del conjunto, en lo provincial se siguen profundizando las diferencias; de manera funcional a las políticas divisionista instrumentadas  desde el gobierno Radical.

Y creemos que es ahí el punto en cuestión. La realidad nos indica claramente qué nos pasó en estos últimos 30 años, en donde nos atravesó la construcción de una nueva Central. Una CTA que primero se forjó como el Congreso de los Trabajadores, con una constitución geopolítica, hasta los 90, junto con los compañeros de Neuquén y que posteriormente tuvo su fuerza y empuje desde la construcción provincial.

Esa fuerza, compañeros y compañeras, que nos llevó a edificar con tanta potencia y entusiasmo nuestra Central como una alternativa distinta de construir poder, de fortalecer la herramienta de los trabajadores para disputar con fuerza las reivindicaciones y la defensa de los derechos, se fue desdibujando con el paso del tiempo. 

La CTA que en la década de los 90’ tuvo un fuerte protagonismo en la construcción, en la articulación, en marcar el camino como referente alternativo a las políticas que se imponían desde el gobierno y eran contrarias a los intereses de los trabajadores, hoy se desvaneció.                                                                                                                        

Pese al esfuerzo de muchos compañeros militantes, la CTA provincial fue perdiendo protagonismo e inserción en los/as trabajadores/as. A tal punto, que actualmente su expresión es mínima, con apariciones públicas esporádicas, con un rosario de buenas intenciones, sin Organización y debate para poder concretarlas.

Quienes creemos que es posible pero, por sobre todas las cosas, necesario recuperar la Central y ponerla en el lugar que nunca debió abandonar: “al frente de los problemas reales de los trabajadores”, entendemos que esto no se logra sólo con la voluntad de algunos compañeros. Sino construyendo más unidad, más Organización y más poder.

Esto es posible poniendo en debate con los compañeros/as la caracterización política de nuestra provincia para definir una agenda donde podamos disputar seriamente y en todos los ámbitos el consenso social, arrancando respuestas concretas para los trabajadores y el pueblo. Este desafío no se puede afrontar sin estrategia con otros sectores.

Para ello, es necesario abandonar el estado de inercia  legitimado por un purismo inocuo cuya síntesis son documentos grandilocuentes que terminan en la nada. Sólo para calmar la conciencia de “castos y puros”. Mientras el gobierno sigue manejando el IPROSS a su antojo, excluyendo a los compañeros de ATE, profundizando un sistema represivo,  la persecución política, etc.

Estamos convencidos que la CTA es la herramienta del conjunto de los y las trabajadoras para construir poder en serio, para plantear una fuerte discusión sobre el presupuesto provincial, para pensar en instalar con fuerza cuál es la situación económica y financiera real de la provincia. Las demandas que identifican a los distintos sectores como es vaciamiento del IPROSS, el problema habitacional, el pleno empleo, la estabilidad laboral, la recuperación salarial, deben ser los ejes que debemos definir como medulares a trabajar de manera conjunta.

Pero también estamos convencidos que para construir poder en serio, para constituirnos en una alternativa política sindical a crecer lo debemos hacer con los más representativos referentes provinciales. Es decir, quienes integren la Central tienen que ser los compañeros y compañeras que son elegidos democráticamente en sus organizaciones de base, creemos específicamente que para que la CTA vuelva a tener peso, quienes la encabecen deben ser quienes conducen las entidades de base, como lo son la UnTER, ATE y  SiTRAJuR.

Nosotros entendemos que, en el estado de debilidad que se encuentra nuestra Central en el orden provincial, someterla a una compulsa electoral interna sería herirla de muerte. Por tanto, instamos a los compañeros/as a realizar todos los esfuerzos posibles para evitar esa instancia y lograr con sinceridad y fraternidad política, la unidad tan demandada por nuestros compañeros y compañeras.



                                                                                    General Roca, 10de julio de 2010.
Conducción de UnTER, miembros de la Mesa provincial de ATE y Sectores internos de organizaciones integrantes de la CTA Río Negro